sábado, 26 de septiembre de 2009


TORRES

(Un pueblo en Sierra Mágina)


Yo he volado desde lo alto de La Goleta hasta el l´hondo del río. Desde lo alto de La Goleta hasta L´Albercaínda.


Cuando volvía de la huerta, y llegaba a La Goleta, se oía un murmullo en todo el pueblo, como si fueran voces que venían de parte del universo mundo. Y salía el humo de los humeros, siempre , en invierno y en verano, dejándonos un olor a leña quemada y a guisos del campo.


Cuando llegábamos a pueblo, al final de la horma que hay en La Goleta, el animal se paraba dócilmente, sin decirle nada, y uno sentía su calor y su cansancio de llevarnos a cuestas , y la quería, y yo la acariciaba pidiéndole disculpas por traerme de tan lejos sin cobrarme nada, ni ponerle gasolina.
El cielo existe.


Socorro Melgarejo

martes, 22 de septiembre de 2009

AL SALIR DE CLASE



Salgo de clase con el corazón palpitante.

Seguro que de un momento a otro aparecerás en una esquina y me traerás la gloria y la alegría.
Ya me siento en el cielo con solo respirar esta luz que me lleva hacia ti.
Pero tengo miedo por si tal vez, en un instante,
quizás ya no te encuentre.


Tanta impaciencia me devora, que en un momento creo que estás y al siguiente que solo serás una quimera.


Aunque quimera o no
Yo sé
que tus ojos son ciertos
Y que la luz es cierta.
Que son ciertos los árboles, y que la lluvia es cierta.
Que es cierta la mañana
Y que me encuentro aquí, buscando tu mirada
Y tu sonrisa
Y que cuando me miras


En mi vientre palpitan mariposas de colores


A ver si ya te encuentro en la esquina siguiente


S. Melgarexo

miércoles, 9 de septiembre de 2009



En la tarde amarilla

He perdido un clavel en una tarde amarilla.
Era un clavel rojo que me servía para decirte donde estoy.

He perdido un clavel rojo en una tarde amarilla.
Era un clavel rojo reventón lleno de perfume.
De aroma que era suyo, o era de tu aliento.
Pero que me embriagaba.

He perdido el olor de un clavel rojo reventón en una tarde amarilla.
Era un olor que me envolvía, que me cubría, que me mantenía de pié y me emborrachaba al mismo tiempo, que mojaba mis labios , y humedecía mi boca .

Dime dónde está el ladrón que se llevó el olor de todos los claveles del mundo.
Lo cogeremos y lo llevaremos a la justicia para que nos devuelvan tel olor de los claveles.
Puede,
y es lo más seguro.
Que los hayamos perdido para siempre
Adónde están los asesinos del olor de los claveles.

S. Melgarexo